domingo, 18 de septiembre de 2011

Un aniversario especial

El 17 de septiembre del 1995 supuso en antes y un después en mi vida. Ese día me despedía de mi familia, mis amig@s de toda la vida, mi novio, mi vida hasta ese momento conocida para trasladarme a la otra punta del mapa e iniciar una nueva vida con mis padres.

Yo tenía 17 años y mi vida se venía abajo, me obligaban a dejar todo atrás para empezar de cero en un lugar nuevo y totalmente diferente; de Galicia a Andalucía, del frío al calor, de la lluvia al sol, del norte al sur... Nadie me preguntó si yo quería ese cambio, nadie pidió mi opinión, fue una imposición y lo único que pude hacer fue posponer el momento a dos meses después a la marcha de mis padres. Derramé muchas lágrimas, me despedí con mucho dolor de gente a la que quería mucho y me subí al avión con la sensación de dejar mi vida atrás, y sin saber lo que me esperaba.

Me costó mucho adaptarme, el primer año pasó sin pena ni gloria, conocía a gente y era sociable pero mi vida se limitaba a ir al instituto, hacerle los recados a mi madre y pasear a mi hermano, mi mente solo pensaba en volver a mi tierra cuanto antes. Lo hice al cabo de un año, mi abuela perdía la batalla contra el cáncer y quería estar a su lado en sus últimos meses de vida, y lo que en principio parecía una vuelta a mi vida de siempre no lo fue. Mi abuela falleció, yo no acababa de readaptarme, estaba absorbida por un novio celoso y posesivo y me faltaban las dos personas más importantes de mi vida, mi madre y mi hermano, que tenía por entonces 3 años.

Y volví al sur, huyendo de una vida que no quería llevar, quien me lo iba a decir... y al final aquí encontré mi vida. Tras ese año de impass en mi tierra volví con las pilas cargadas, la mentalidad abierta, las ganas de cambiar y de disfrutar de las oportunidades que la vida en el sur me ofrecía. Hice muchísimos amigos, no había cata universitaria-fiesta-juerga que se celebrara en la que no estuviera presente y en un año recuperé dos años de adolescencia perdidos. Encontré mi vida, me gustaba la vida que llevaba y ya no echaba de menos lo que había dejado atrás... sí a las personas (aunque no a todas, obvio) pero no la vida, y poco a poco me fui haciendo un hueco y sintiéndome cada vez más cómoda.

Han pasado 16 años, casi media vida, y en realidad el grueso de mi vida lo he vivido aquí. Nací y crecí en Galicia, pero las elecciones y decisiones que han dependido de mí las he tomado aquí, mi vida adulta se ha desarrollado aquí y de mi vida allí solo tengo recuerdos de mi infancia  y de los primeros años de mi juventud. Mi vida de verdad es esta, y no me la imagino de otra manera.

Me siento un poco como en tierra de nadie porque soy gallega, pero después de tanto tiempo fuera y de lo bien que me integré aquí me siento choquera, sin embargo se que no soy onubense; pero cuando voy a Galicia, aún siendo de allí, con los años que llevo fuera parece como si no lo fuera, como una extranjera en mi tierra. Es una sensación muy extraña, supongo que debida a que desde hace 16 años he ido a mi tierra 4ó 5 veces a lo sumo, por lo que mi despegue ha provocado que me sienta una extraña en mi propia casa.

Pero al final, a pesar de que me vine al sur por obligación, me he quedado aquí por decisión propia; y no se cómo hubiera sido mi vida de no haber sido así, lo que se es que no me imagino mi vida de otra manera. Todas mis grandes experiencias las he vivido aquí, mi primer trabajo, mi vida independiente de mis padres, mi pareja, y lo más grande que tengo, MIS HIJOS. No se dónde acabará mi vida, pero hasta ahora, 16 años después de ese 17 de septiembre triste y duro, mi vida es ésta, mi vida es aquí. 

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